viernes, 14 de junio de 2013

Un viaje de la mano del Gran Arquitecto Mexicano

"...Eficiente y verdadera, así debe ser la arquitectura..." decir de nada más y nada menos que, Pedro Ramírez Vázquez.

Gracias a la Revolución Mexicana y con la esperanza que nuestro país surgiera de las cenizas, la arquitectura mexicana tuvo una oportunidad gracias al surgimiento de una generación de arquitectos jóvenes y en pleno desarrollo profesional con ideas innovadoras y frescas.

Pedro Ramírez Vázquez tuvo la fortuna de formar parte de este “boom” arquitectónico y sobresalir como uno de los grandes a nivel nacional e internacional, a pesar de la grandeza de sus obras no a todos termina de agradar los espacios creados por él. A título personal, algunas de sus obras carecen de ese misterio que la arquitectura posee y que no crean es fácil de lograr, aunque cabe destacar que obras como el Museo Nacional de Antropología y la Basílica de Guadalupe, hacen énfasis a todos esos misterios que sólo la vivencia de un espacio nos otorga.

Los limitantes en un espacio (pisos, muros, techo) generan una atmósfera que sólo se logra al interior de los propios espacios y debe ser la atmósfera adecuada para la experiencia que se va a vivir ahí; esta concepción de arquitectura la tenía presente Ramírez Vázquez ya que el resultado que logró en gran parte de sus obras fue el de generar espacios habitables y en uso.

Sin embargo, como futuro arquitecto, he de hacer notar la atemporalidad del gran trabajo realizado en el plan maestro para generar espacios de uso. Los elementos arquitectónicos mostrados en su obra posterior son superados por el tiempo (y no me refiero a la actualidad) 

Desde su construcción estaba el rezago de la implementación de nuevos materiales y las ideas innovadoras se perdieron y pareciera ser que quedó atrapado en la época que consiguió su gran éxito.

Sin embargo, el famoso arquitecto que nació y murió el mismo día, un 16 de abril de 1919- aunque según en una entrevista en “El asalto a la razón” él mismo afirma haber nacido el 19 de abril- al mismo día de Abril de 2013 quedará inmortalizado no sólo por la ironía de haber fallecido el mismo día en que nació, sino será recordado como uno de los arquitectos más representativos de la arquitectura mexicana. 

Su obra plástica y exuberante, de líneas sencillas y ligeras y de extrema elegancia, componen hoy un legado, lejos de generar únicamente complejos arquitectónicos en la vertiente de modernidad de una ciudad, se convierten en esculturas que emergen para recordarnos que la arquitectura va más allá de la creación, transformación y modificación de un espacio. Representa una fusión del arte y lo banal que se ha vuelto la construcción, todo su legado queda en la perpetuidad del tiempo y en el recuerdo de las personas.


Edgar Palacios Cañizares
Departamento de Arquitectura

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